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Reflexiones de la vida

Carta a un hermano

Carta a un hermano

Querido hermano:

 

Hoy ya han pasado tres años de ausencia desde que te fuiste. Nunca creí echarte de menos, pero creo que tengo una mella en mi corazón que me desespera. Cuando yo era pequeñita y tú eras mi mejor amigo, mi único protector, yo te quería. Son tiempos que casi ni recuerdo. Sólo una imagen me invade la mente; yo sentada en tus rodillas en la parada del bus viendo pasar a la gente. Me abrazaste y me dijiste que no tuviera miedo si alguna vez me quedaba sola.

Un tiempo después, me dejaste sola, poco a poco. Ya no compartimos aquellos momentos al salir de la escuela. Aquel día, te iba a pedir que jugaras conmigo, y a golpe de entrada de la puerta en tu habitación, vi la angustia de tu cuerpo y la desesperación de tu mente invadiendo el alrededor. No supe qué decir, quedándome inmóvil al ver como te torturabas de aquella manera. Recuerdo, tú única reacción fue maltratar mi cara y encerrarme en mi armario para no oír los gritos ahogados que el llanto me encarecía.

Aquel día pasó, como tantos otros. Yo jamás mencioné una palabra de lo que vi, porque te quería. Poco a poco fui perdiendo la confianza en ti, y a medida que tomaba uso de razón empecé a odiarte.

Al pasar este tiempo hueco, un día, en clase, sentí una punzada en el corazón impropia de mí, y corrí hacia la calle. Cuando regresé a casa no había nadie, y yo no estaba tranquila. No apareciste en tres días, papá y mamá no me prestaban atención, estaban distantes de mí. Al cuarto día, me dijeron que te fuiste de mi lado para siempre.

Fue entonces, cuando conocí lo que te hizo aquella jeringuilla que vi en tu habitación. Me resigné a creer que habías muerto por culpa de las drogas, y solamente, ignoré mi sufrimiento.

Hoy, es cuando te echo de menos, cuando me faltas y por fin he llorado, hoy, he mirado mi sufrimiento. Quiero contarte, la alegría de mi vida que es nuestro otro hermano, que ha nacido hoy, y me a recordado a ti. Te juro que cuidaré de él todo lo mejor que tú cuidaste de mi.

Te perdono por aquellos meses que te olvidaste de mí, y perdóname por haberte ignorado, aunque nunca te olvidé. Sigue siempre a mi lado.

 

Te quieren tus hermanos                                                 

 

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