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Reflexiones de la vida

Soy lo que siento

Todo lo innombrable está estancado a quedar en el olvido, por lo tanto nosotros somos olvido, y como somos lo único y más verdadero que conocemos, no podemos ser objeto de olvido, entonces el olvido ya no es lo que pensábamos. Quizá nada sea olvido, o hayamos dado un mal nombre a los sentimientos. Elegimos nombrar las cosas para poder hacernos referencias, pero olvidamos que lo no tangible no tiene referencias tangibles, y quisimos nombrar lo innombrable, y nos equivocamos. Crecemos cuando nos equivocamos, siempre que el error esté al alcance de nuestro entendimiento. Un día, intentas buscar nuevos horizontes, intentas expandirte, y ves con asombro la jaula en la que estabas encerrada, y te frustras por no haberla visto, y olvidas que necesitabas escapar. Cuando rememoras los hechos con objetividad, buscas una posible salida, y estoy en ello. Es la jaula de los pensamientos y sentimientos que no te deja escapar de ellos, porque nos hicieron nombrarlos, lo que sí olvidé es que esos sentimientos son mío, son parte de mí. Por muy destructivos que sean, son yo, y tengo que aceptarlos y dejar de luchar contra ellos para sentirme mejor. Los aceptaré como parte de mi ser, y los evocaré y les sonreiré, entonces se tornarán amables y querrán hacerme bien, porque esos sentimientos soy yo. Entonces ya no habrá jaula, ya no habrá prisionera, seré lo que sienta que soy, en ese mismo momento, lo que sienta que hago, lo que sienta que siento…

Nuestra esencia

Nuestra esencia

Es fascinante poder contemplar como el alma se asienta sobre el cuerpo, como las dos conviven juntas, y es emocionante ver como alguien intenta armonizarlas para que no sean dos elementos, sino uno. Es tan importante expresar la alegría como la tristeza que se siente, llorar sin sentir lástima de ti, es valentía, eso es valentía. Al igual que expresar la alegría es amor, expresar tristeza es valentía, y cuando la expreses, te sentirás más fuerte, entonces la tristeza desaparece.

Cuando vas por la calle y te das cuenta de que eres consciente de tu consciencia, y estás casi por encima de ti, es casi una sensación de poder, que nos vuelve ebrios, pero al darnos cuenta de que nosotros no tenemos el poder, sino que lo somos, la satisfacción es mayor.

Ya estamos en la flor de la vida, estamos experimentando y sintiendo cosas nuevas, estamos aprendiendo y cometiendo errores, estamos creciendo. Estamos intentando adaptarnos a nuestro ser y los demás, confundiéndonos con lo que parecen dos energías que al aproximarse se atraen o se alejan. Éstas son las emociones que nos provocan y nos dejamos fluir, son el despertar de nuestra verdadera esencia, que se funde con las demás esencias.

Neblina blanca

Neblina blanca

3……2…….1……                                      silencio                               sólo silencio                                 

Esto es lo que se siente en el corazón cuando alcanzamos un sueño, casi un regalo que nunca te habías permitido imaginar. Cuando una ilusión se ve cumplida y no puedes creerlo, sólo deja de pensar, deja que el corazón piense por ti. Abre las alas y emprende el vuelo de lo que te has ganado gota a gota, y disfrútalo. Aprovecha cada gota como si fuera la última, porque una vez que caiga, se perderá. Siente como te conectas con todo lo que te rodea, siéntete inmensamente blanco. Conviértelo todo en una neblina blanca y forma parte de ella, busca tus deseos y disfrútalos cuando sean cumplidos. Siente como desprendes energía por todo tu alrededor y la transmites. Esa energía eres tú, y no la dejas ir, sino que te extiendes allá donde haya corazones que la acojan. Siente esa neblina blanca, porque después de ella, todo es más intenso.

Carta a un hermano

Carta a un hermano

Querido hermano:

 

Hoy ya han pasado tres años de ausencia desde que te fuiste. Nunca creí echarte de menos, pero creo que tengo una mella en mi corazón que me desespera. Cuando yo era pequeñita y tú eras mi mejor amigo, mi único protector, yo te quería. Son tiempos que casi ni recuerdo. Sólo una imagen me invade la mente; yo sentada en tus rodillas en la parada del bus viendo pasar a la gente. Me abrazaste y me dijiste que no tuviera miedo si alguna vez me quedaba sola.

Un tiempo después, me dejaste sola, poco a poco. Ya no compartimos aquellos momentos al salir de la escuela. Aquel día, te iba a pedir que jugaras conmigo, y a golpe de entrada de la puerta en tu habitación, vi la angustia de tu cuerpo y la desesperación de tu mente invadiendo el alrededor. No supe qué decir, quedándome inmóvil al ver como te torturabas de aquella manera. Recuerdo, tú única reacción fue maltratar mi cara y encerrarme en mi armario para no oír los gritos ahogados que el llanto me encarecía.

Aquel día pasó, como tantos otros. Yo jamás mencioné una palabra de lo que vi, porque te quería. Poco a poco fui perdiendo la confianza en ti, y a medida que tomaba uso de razón empecé a odiarte.

Al pasar este tiempo hueco, un día, en clase, sentí una punzada en el corazón impropia de mí, y corrí hacia la calle. Cuando regresé a casa no había nadie, y yo no estaba tranquila. No apareciste en tres días, papá y mamá no me prestaban atención, estaban distantes de mí. Al cuarto día, me dijeron que te fuiste de mi lado para siempre.

Fue entonces, cuando conocí lo que te hizo aquella jeringuilla que vi en tu habitación. Me resigné a creer que habías muerto por culpa de las drogas, y solamente, ignoré mi sufrimiento.

Hoy, es cuando te echo de menos, cuando me faltas y por fin he llorado, hoy, he mirado mi sufrimiento. Quiero contarte, la alegría de mi vida que es nuestro otro hermano, que ha nacido hoy, y me a recordado a ti. Te juro que cuidaré de él todo lo mejor que tú cuidaste de mi.

Te perdono por aquellos meses que te olvidaste de mí, y perdóname por haberte ignorado, aunque nunca te olvidé. Sigue siempre a mi lado.

 

Te quieren tus hermanos